‘ Al olvido, al olvido invito yo.’ Esto es un verso de una canción de Alejandro Sanz. Lo cierto es que, a lo largo de la historia , cuando se trata de amores y desamores el verbo olvidar siempre aparece . ¿ Quién no quisiera olvidar a una persona? ¿ Quién no quisiera resetear la memoria y quedarnos con aquello que nos venga bien? Seguramente no hay quién esté libre de aquello de obligarse a olvidar.
Pero, hay algo más cruel, más doloroso que mirar a los ojos de quien lo ha olvidado todo. Unos segundos, nada más. Lo sabes. No hay nada.
Intentas seguir buscando en su mirada, que reconozca la tuya.Vacío. Silencio. Le hablas,esperando que tu voz, que tu sonrisa le recuerde que tú no lo sabías,que no pensabas que tus mierdas de ausencias iban a provocar el olvido eterno.
Un suspiro, una mano que te separa un mechón de pelo de tu cara, quizá para ver mejor.
Abuela, qué guapa estás. Abuela, cómo estás. Abuela hace calor.
Finalmente escucha que alguien dice tu nombre,y algo pasa.
Por fin le sacas un abrazo. Aprieta tus manos con fuerzas.
Parece que consigue juntar algunas palabras, con gesto de dolor , que interpreto como que se da cuenta de lo que le pasa , al menos un segundo. Lleva su mano a su cara ,y susurra: – ! Ay dios¡- .
Genial el punto de vista de una enfermedad tan actual y cruel como esta. Que tacto y que ternura para aplicar a cualquier persona que tenga un familiar en estas condiciones.
Muchas gracias por tu comentario. Ojalá consiga dar un poco de visibilidad a una enfermedad tan dura como el alzhéimer.
Saludos,
Sin palabras, precioso, sigue hacia adelante que tienes madera.
Muchas gracias.Hecho con el corazón sin pensar en si estaba mejor o peor escrito.