Desde la ventanilla del coche podía vislumbrar como el sol daba brillo a la blanca nieve de la Sierra. En pleno mes de mayo. Una temperatura agradable, al filo de las nueve de la noche.
En cada visita a Granada mi primera impresión es que la su luz es diferente, tiene una gama de azules que parecen pintadas con trazos perfectos por un maestro del arte pictórica.
La primera parada sería para dejar las maletas, algo de aseo tras el viaje y luego disfrutar de una cena. Y si viajas a Granada no es difícil encontrar un buen lugar donde salir de tapas. Y si además cuentas con la ayuda de personas que conocen los secretos de dónde saborear lo mejor de la cocina nazarí, tu llegada a la ciudad de la Alhambra será perfecta.
Cada mañana, antes de partir hacia el centro de la ciudad, no podía faltar las vistas a la panadería Ferga, en Huétor Vega. Un lugar donde coger fuerzas, tomar un buen desayuno y donde la atención es exquisita.
Una vez en el centro lo mejor es callejear, perderte y descubrir cada rincón de una ciudad llena de contrastes. Donde mientras paseas por una amplia avenida te encuentras con la majestuosa Catedral, una joya arquitectónica que no te puedes perder.
En cualquier callejón por el que te pierdas puedes encontrar arte, mezcla de culturas y olores a especias que te harán viajar a lugares lejanos sin moverte de Granada.
Y sigues tu paseo, el sol calienta, y sin darte cuenta estás en la Puerta de Elvira, donde como buen turista no resistes sacarte la famosa foto en mitad del arco.
Y en este viaje ha dado tiempo para todo, hasta para ir al Estadio Nuevo Los Cármenes, ver un partido de fútbol del equipo por el que a veces toca sufrir y otras disfrutar. En esta ocasión tocó sufrir. Sólo aquellos que tenemos esta pasión por este deporte, este sentimiento tan irracional y a la vez que mueve tantas emociones pueden entender cómo en noventa minutos puedes experimentar tantas sensaciones. Pero en mi caso me ha dado mis mejores amistades. Así que sí, en cierta forma lo que me queda son las personas.
Siguiendo el recorrido por Granada, no puedes perderte caminar por el Paseo Los Tristes, un lugar mágico, donde puedes escuchar el ligero murmullo del río Darro. Lo bordean callejuelas, y unas casas espectaculares. Y cómo no, lo observa atenta desde lo alto La Alhambra. Un bonito lugar para empezar a hacerte fotos con ella de fondo. También un lugar pefecto para descansar del camino y tomar unas cañas, refrescos o unos vinos, que te servirán con sus respectivas tapas.
En nuestro viaje, subimos en un micro hasta la Alhambra, y tras la visita bajamos por el bosque, un paseo agradable y en el que al terminar llegas al Paseo Los Tristes.
Y una vez allí, y tras el merecido descanso, subimos caminando al Mirador de San Nicolás, que haciendo un pequeño esfuerzo, vale la pena no perderte las maravillosas casas que encuentras en el camino.
En el Mirador de San Nicolás tienes las mejores vistas de La Alhambra, y parte de la ciudad.
Y si el día acompaña, como fue el caso. Con esos azules, con ese sol, y no es un momento especialmente en el que haya demasiados turistas, puedes disfrutar las vistas en tranquilidad, sacar fotos, escuchar la guitarra de las personas que suelen estar allí para ganarse la vida y que amenizan el momento con flamenco.
Un día para grabar en la memoria de los grandes momentos.
Para bajar, un paseo por el Albaicín, donde sus calles empedradas, sus casas blancas, sus geranios en flor, el silencio, la sombra de las estrechas paredes y terminar en la Calderería, un lugar perfecto para hacer alguna compra de un recuerdo que llevarnos a casa. Además de lo agradable de hacer el paseo, de ver piezas artesanas, de los olores, de los tés, para llegar de nuevo al lugar donde coger una guagua para regresar a “casa” ya que aún nos queda el fin de fiesta de un día inolvidable.
Entre paseos, visitas, deporte, tuvimos la suerte de que se celebrara la Feria del Libro, y paseando por las casetas, y viendo a diferentes escritores firmando sus ejemplares es imposible no recordar a Federico García Lorca, imaginar que él pudo haber caminado esas calles, mirar ese cielo, caminar por el Sacromonte.
Y al llegar la noche, la música también tiene lugar en una ciudad donde se mezclan tantos elementos y todos son compatibles y todos hacen de Granada tan especial.
Son las ocho y media de la noche y tenemos la suerte de que sea el Festival En Órbita, y aunque ya lleve unas buenas horas aún nos queda tiempo de disfrutar de parte del cartel, como 091, Love of Lesbian y Fangoria como colofón de un gran día.
Con una temperatura envidiable, un recinto perfectamente habilitado para disfrutar de buena música, una organización perfecta. Entramos a disfrutar de nuestra última noche en Granada.
Al ritmo de antiguas canciones versionadas por Fangoria y otras suyas que ya son himnos como ‘Dramas y Comedias’ cerramos una noche donde tampoco faltó un descanso para recargar pilas en los food trucks, y diferentes lugares para tomar cañas o una botella de agua con la que refrescar una noche donde la luna era espectadora del calor de una noche y un viaje inolvidable.
Granada, ese lugar donde siempre quieres volver.
Espectacular. Solo con leerlo dan ganas de ir a Granada.
Muchas gracias!! ❤