Servicios esenciales

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Estamos inmersos en una situación absolutamente excepcional, que ni los más mayores imaginaban volver a vivir ni los menos mayores pensaban que vivirían. Sin embargo, una enfermedad vuelve a poner en jaque al planeta, como ya pasara tantas otras veces en el pasado. Obligados a quedarnos en casa, la población sobrelleva estas semanas como puede, encerrados en sus cuatro paredes, con compañía o sin ella, pero, al fin y al cabo, solos. Confinados.

En estos tiempos de reconocimientos no puede uno pasar por alto el aplauso para todos los que están arrimando el hombro en esta situación. Comenzando, indudablemente, por todo el personal sanitario, pero sin olvidarme de policías, bomberos, protección civil, farmacéuticos, limpieza, supermercados… Todos ellos están al servicio de los demás, dejando de lado a sus familias para cuidar de las nuestras, un sacrificio que merece cualquier aplauso que podamos brindarles desde los balcones.

Sin embargo, existen otros miles de personas que están haciéndole la vida más fácil a los que tienen que quedarse en casa. Mi trabajo pertenece a uno de los sectores que tiene permitido en este Real Decreto la apertura. Criticados por el tipo de actividad que ejercemos (nuevas tecnologías), hemos tenido que escuchar eso de: no venden nada que sea esencial, deberían estar cerrados como todos los demás. No están ayudando.

A esa gente me gustaría preguntarle: ¿qué es lo esencial? Si nos hacemos esta pregunta, la mayoría respondería que agua, comida, luz, medicamentos… Y estamos de acuerdo. La diferencia, es que para mí eso es básico. Imprescindible. Sin embargo, lo esencial de cada personal será diferente en función de sus necesidades. Si tu empresa te manda a casa a hacer teletrabajo y no tienes ordenador, impresora o folios, tendrás que tener a alguien que te los lleve a casa porque, además, no puedes salir de casa a comprar esas cosas. Por poner un ejemplo. Si se te estropea la fibra en casa y no tienes internet para trabajar o para ver la tele que entretenga a la familia en esta espera, necesitas un técnico que está en la calle.

Esa gente que se le funde una bombilla, se le estropea la cocina y necesita una de gas con relativa urgencia o el suministro de luz se le ve mermado debido a la alta demanda… Todo eso genera una serie de necesidades que no pueden ser cubiertas por personal sanitario, ni farmacéuticos, ni personal de supermercado. Por eso, rompo una lanza por todas esas personas que estamos trabajando en sectores no esenciales, pero que estamos sacando adelante “problemas” que tiene la gente que está obligada a quedarse en su casa. No somos héroes, ni mucho menos, pero tampoco inconscientes que salimos a la calle porque nos da la gana. Salimos, trabajamos y volvemos directamente a nuestras casas.

Somos personas que cubrimos otras necesidades, pero que estamos encantados de hacer nuestro trabajo. Porque cuando llamas a quien está encerrado en casa para enviarles material, te responden con un: menos mal que están ahí para traérmelo a casa. Y eso, te llena…

Un trabajador de un servicio no esencial…

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